DOLOR MIOFASCIAL, PUNTOS GATILLO

Puntos Gatillo

 

SÍNDROME DE DOLOR MIOFASCIAL

 

¿Qué son los Puntos Gatillo Miofasciales?

El síndrome de dolor miofascial (SDM) es el conjunto de signos y síntomas provocados por los denominados puntos gatillo miofasciales (PGM), siendo éstos unos focos hiperirritables localizados en una banda tensa dentro de un músculo esquelético. Son dolorosos a la compresión y a otros estímulos mecánicos (como el estiramiento) y pueden provocar a su vez un dolor referido característico, disfunción motora y fenómenos autonómicos.

Estos puntos gatillo pueden clasificarse de diferentes modos en función de la localización, de la actividad clínica que provocan o del mecanismo activador. De este modo encontramos:

  • PGM centrales o inserciones
  • PGM activos o latentes
  • PGM primarios o clave; y secundarios o satélites.

Los puntos gatillo han sido reconocidos por diferentes profesionales del ámbito de la salud (traumatólogos, odontólogos, neurólogos, fisioterapeutas…) como los responsables de algún episodio de dolor en algún momento de la vida de prácticamente todos los adultos.

SINDROME DE DOLOR MIOFASCIAL

¿Qué puede activar un punto gatillo?

Los PGM pueden ser activados por mecanismos directos o indirectos:

  • Mecanismos activadores directos: La sobrecarga mecánica aguda o crónica (contraccionesforzadas, trabajo repetitivo, sobreestiramientos forzados y bruscos, sobreestiramientos leves pero mantenidos, contracciones mantenidas…); traumatismos directos, mantener un músculo en posición acortada durante mucho tiempo como ocurre en muchas actividades de nuestra vida cotidiana (trabajar frente al ordenador o las malas posturas al conducir o al dormir); o el enfriamiento (ya que el mecanismo de termorregulación frente al frío es la contracción muscular) son las principales causas que pueden provocar la activación de un punto gatillo.
  • Mecanismos activadores indirectos: Otros PGM (pueden activarse al encontrarse en la
    zona de dolor referido de otro punto gatillo), compensaciones musculares, enfermedades
    viscerales (como la activación de un punto gatillo en el músculo pectoral mayor tras una angina de pecho o infarto de miocardio), degeneración y/o disfunción articular, inflamaciones, radiculopatías y factores psicológicos (estrés emocional).

Características de los PGM

  • Dolor referido desde el PGM hasta otras estructuras o zonas. Incluye también sensaciones como hormigueos (parestesias, disestesias) y alteraciones de la sensibilidad y del equilibrio.
  • Dolor local. Habitualmente el dolor provocado por un PGM no se localiza en la zona de este punto. Únicamente aparece el dolor local cuando el PGM es deformado mecánicamente (al presionar, estirar, contraer o realizar la punción seca), y cuando se encuentra dentro de la zona de dolor referido de ese músculo.
  • La actividad de los PGM puede perdurar aunque el factor que lo haya provocado ya haya sido eliminado.
  • Un PGM activo puede volver a su estado de latencia espontáneamente si no existen factores de perpetuación.
  • La tensión que hay en las bandas tensas donde está el PGM y el dolor que provoca el estiramiento muscular son los responsables de que exista una restricción de la movilidad articular.
  •  La presencia de PGM puede producir fatiga y debilidad muscular y alterar los patrones correctos de activación motora.
  • Los PGM se relacionan con espasmos musculares (contracciones musculares involuntarias). Una de las características más importantes es la respuesta de espasmo local (REL), obtenida mediante la estimulación mecánica (con palpación, percusión o punción). Es una contracción involuntaria y rápida las fibras de la banda tensa.

Criterios esenciales para el diagnóstico:Banda tensa palpable (músculos accesibles)

  • Dolor local a la presión de un nódulo dentro de la banda tensa
  • El paciente debe reconocer ese dolor como su dolor habitual (indicaría la presencia de un PGM activo)
  • Limitación de la amplitud de movilidad al estiramiento completo por dolor.

PUSTOS GATILLO Así pues, los puntos gatillo miofasciales están presentes en la gran mayoría de la población, aunque no necesariamente estén provocando un dolor permanente (se encontraría en estado de latencia), pero las posiciones mantenidas a lo largo de nuestro día a día, los movimientos repetidos, cargar pesos elevados, malas posiciones y el estrés emocional pueden provocar la activación de estos puntos gatillo, generando así un dolor activo que puede referirse a otras estructuras. Por ello es importante realizar un tratamiento no sólo cuando ya está instaurado el dolor, sino llevar a cabo un tratamiento preventivo para evitar que la sobrecarga muscular se convierta en patología.
Respecto al tratamiento del síndrome de dolor miofascial, y más concretamente de los puntos gatillo, se utiliza terapia manual, masoterapia, termoterapia y la punción seca, técnica de gran utilidad que explicaremos en profundidad más adelante.

MIRIAM ALONSO Fisioterapeuta col nº 10884

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