COME MÁS DESPACIO

Mucho se habla de lo que hay que comer pero poco de cómo hay que hacerlo. En este capítulo hablaremos de lo segundo. Más concretamente sobre la velocidad con la que se recomienda comer, un factor clave a la hora de saciarnos antes. Por ello te propongo el siguiente ejercicio: la siguiente vez que estés delante de tu plato, pon tus 5 sentidos en el alimento que te estás llevando a la boca. Para facilitarte dicha tarea, te propongo que mientras tengas comida en la boca, dejes los cubiertos encima de la mesa. No vas a seguir partiendo el resto del alimento en trozos pequeños, vas a dejarlos en la mesa. Vas a centrarte en masticar y en degustar lo que tienes en la boca. Es más, quiero que no vuelvas a coger los cubiertos hasta que el sabor del último bocado haya desaparecido por completo. Al principio te sentirás más raro que un perro verde. Sin embargo, con el tiempo te acabarás acostumbrando e irás comiendo menos cantidad a la par que disfrutas más de lo que comes. Esto se debe a que las señales de saciedad que se crean en el intestino tardan en llegar al cerebro aproximadamente unos 20 minutos. Durante ese periodo de tiempo, el cerebro se encuentra en un estado de “modo avión”. Es decir, el cerebro no recibe los Whatsaps que le envía el intestino. Por tanto, si comemos más despacio, podremos ser mucho más conscientes de cómo nos vamos saciando y podremos acabar la comida cuando estemos al 80% llenos.

Hay que tener en cuenta que normalmente solemos acabar al 150%. Sobre todo cuando comemos fuera debido a que las  raciones suelen ser demasiado grandes y los platos deliciosos. Si a esta cóctel le sumamos el tercer ingrediente (comer rápido), muy probablemente acabaremos pasando una mala tarde/noche debido a nuestras malas digestiones. Esto sin mencionar la enorme modorra que se nos vendrá encima (ojito si luego tienes una reunión importante).

Por tanto, te recomiendo dos cambios. En primer lugar, guíate por el truco del tenedor. Irás notando cómo te vas saciando y podrás parar antes de pasarte del 80%. Por otra parte, cuando la sensación de hambre haya desaparecido, deja de comer. Aunque quede más comida en el plato, para. Esto te ayudará a disfrutar más de la comida mientras te cuidas y evitas problemas posteriores.

• Pero es que en mi casa no se dejaba nada en el plato Javi.

Me parece perfecto. No obstante, te aconsejo desaprender ese hábito porque ahora mismo no te está haciendo ningún favor. Si te da pena tirar las sobras, las guardas en un tupper. Sí, aunque sean las de tus hijos. Eres su padre/madre, no un camión de la basura.

• “Pero javi, ¿cómo voy a ver a Matías Prats mientras me fijo en lo que estoy comiendo?”.

A lo mejor es que no deberías ver la tele mientras comes.

• Pero entonces no estaré bien informado.

Con 10 minutos de exposición a cualquier medio de comunicación tienes más que suficiente. Si necesitas un resumen rápido de lo que suelen difundir los principales medios, yo te lo hago: la economía va mal, han sucedido mil desgracias en todo el mundo y hay mucha gente que aparentemente es más feliz que tú porque tiene más cosas ¿Realmente necesitas exponerte a esto?  Mi sugerencia es que aproveches ese valioso tiempo para hablar con alguien, escuchar algo o simplemente respirar. También viene bien hacer esto último de vez en cuando.